que el hielo del café que estoy tomando.
Un dulce aroma impregna el ambiente
y van descendiendo las temperaturas.
El otoño va entrando con paso lento
y una melancolía se cuaja como
gotas de lluvia, en las hojas secas.
Se siente una ebriedad de colores,
que van tiñendo los montes,
bajo los dorados rayos de sol
y las sombras del atardecer.
La piel se aseda con las palabras
que se mecen en susurros en los oídos
y los amantes encuentran en sus labios,
el dulzor del azúcar que se derrite
en el fondo de sus tazas.
Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario