espuertas del alma y claridades
de agua viva, brotando
en la lágrima viva,
que surge de la emoción.
Tu boca, sabrosa fruta de labios
en fresa y esbozo de luz sobre la línea
del horizonte.
La felicidad emerge desde lo más íntimo
de tu ser y fluye hacia mi
en una caricia o susurro de voz,
con la calidez del hogar y la sensación
de estar en casa, al resguardo del frío.
Cuerpo de seda y espuma, con el sabor
de la miel sobre tu piel, en el suspiro
que brota desde cada uno de tus poros
y ese perfume que envuelve y embriaga
toda la estancia con tu presencia,
cuando pasas con el vuelo de tu falda,
como bandera
que con orgullo enarbolas.
Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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