En la oquedad de un viejo árbol
se guardan las voces que el viento
susurra secretamente.
El río murmura, silabeando entre dientes
o desde las esmeriladas piedras,
en un fondo monótono y estático,
que ignora la agitación de su espíritu
en la superficie.
Hojas de otoño con tonos de nostalgia
y el crepitar de la leña,
ardiendo con más fuerza en el recuerdo,
que en la hoguera, donde se queman
las horas perdidas.
Un aroma a leña, lavanda y pan reciente,
cálidos abrazos, acurrucados
bajo una manta de ternuras.
Hace frío fuera y la niebla,
impregna con su magia el bosque.
Los ríos y los árboles conversan,
mientras el sol duerme entre brumas
y el rocío cae en perlas,
sobre la hierba verde.
Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
con
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