Oculta en la falsa estima,
la envidia, en la desazón
desata del corazón
una furia clandestina.
Es culpar a los demás
de nuestro oscuro infortunio,
a falta de un plenilunio
en una angustia voraz.
Y se crece en la arrogancia,
nos molesta en la nariz,
si otra persona es feliz
mostrando nuestra ignorancia.
Cuando nuestro mal sabor
nos culpa de nadie y luego,
no valen quejas y ruegos,
si es esta nuestra labor..
Buscar la felicidad
siempre dentro del entorno,
fabricando igual que un horno
nuestro pan de la amistad.
Ajos come, quien se pica,
buscando en dolencia ajena,
remedio para su pena
y en vez de luchar, critica.
Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito.”zuhaitz”.
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