He tomado en desayuno las sonrisas
de Japón, por visitantes de otros lares,
he sentido a Dios presente en sus altares,
paseando y disfrutando, ya sin prisas.
He vivido en mi verdad, lo qué es el arte,
hablando de belleza que nos une,
con esa libertad, que no presume
y en el abrazo que se da por encontrarte.
He cenado la amistad y el trato amable,
escuchando todo un río de opiniones
y sintiendo otro latir, en corazones
que enriquece al escuchar, aunque no hable.
Los abrazos que se entregan, nos devuelven
la energía que transmite nuestras almas
y en el diálogo fluido está la calma,
esa calma, que emociona y nos envuelve.
Hoy he sido muy feliz, no tuve pena
de mostrarme como soy, sin interés,
el poema está brotando, como ves
en un postre de amistades, tras la cena.
Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis
Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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