las hojas secas crepitar en el sendero,
como pasos que se arrastran,
para seguir mis pasos.
De la mano del viento voy,
abriendo mi corazón y dejo
que su susurro llegue hasta mis oídos.
Bebo la luz entre las sombras
y las caricias del aire, abrazan mi cuerpo,
rodeando mi soledad
y mis pensamientos.
Evoco la imagen del amor,
en un cuerpo de mujer y me ciño
como espuma a un grácil esquife,
varado a la orilla de la playa.
Siento una nostalgia, hecha música
o arpegio de lágrimas, añorando
tu cuerpo cálido, llenando mi hogar
y dejando una huella sobre mi cama.
Rememorando aromas,
me vence la noche y entre la penumbra,
abrazo mi almohada y tu ausencia.
Escrito en Septiembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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