Lo elevamos al cielo,
lo coronamos de santidad
y sublimamos, como el fin sagrado
de nuestra vida.
Como el vino mal conservado, hecho vinagre,
en nuestro corazón se agria,
cuando no es buena su cosecha
y no se guardó convenientemente.
La Mujer es la diosa en el ara,
donde estamos dispuestos
a ofrecernos en sacrificio.
Somos capaces de sufrir por Amor,
matar por Amor o morir por él.
Pero cuando nuestro cielo
se nubla y las deidades
caen de sus pedestal,
abortamos con dolor toda esperanza
y maldecimos el amor que sentimos
al no ser correspondidos.
Despecho y abandono,
amarga bebida, que en el alma
se impregna.
El monstruo se engendra
con el dolor del corazón
y un suspiro congelado
por la angustia.
El amor es un hilo finísimo,
que sujeta la razón y el cariño
o desata el más vil de los odios.
Publicado en el Libro de poemas " Glorias áureas" ISBN: 978-84-15176-55-8
Depósito Legal: BI-1461-2015
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