martes, 28 de agosto de 2018

En el punto de partida

Nuestro cuerpo es un envoltorio desechable,

con la sinuosa forma y aromas de una flor

o la miel que tanto atrae a las moscas.


El alma no se manifiesta, ni decide mostrarse,

ante el temor de un daño irreversible.

La maldad es el estornudo que proyecta 

nuestro ser, contra las paredes encaladas 

del infierno y las hogueras consumen 

todos los corazones, que carentes de ilusión,

murieron en vida bajo el peso 

de su ignorancia.


Nada que sea liviano puede permanecer 

para siempre y existe un fluido universal 

que anega el alma de una feroz inconsistencia,

tan voluble, como necesaria para comprender 

que la humanidad se encuentra aún 

en el punto de partida.


Escrito en Agosto 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".


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