viernes, 5 de noviembre de 2021

En el delirio de amar.

No existe tal pecador,
si al amar lleva su furia 
al límite en la lujuria,
cuando se trata de amar.


No existen limitaciones,
para quien  amando, entrega 
su vida y jamás le niega 
su pulso a dos corazones.


Corazones enlazados,
como hiedra o enredadera,
porque  su verdad primera 
es sentirse enamorados.


Por ello, en grato delirio,
sólo  son un corazón;
el resto, imaginación 
entre el placer y el martirio .


Escrito en Noviembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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