domingo, 7 de noviembre de 2021

Mi corazón es un ave volando sobre el mar.

Sobre mis carnes siento su pisada
y un óvalo que  gira en mi cabeza,
un crepúsculo se apaga en mi tristeza 
y marchita mi afán en la alborada.


Velatorio de plumas, que en los vientos,
deja trinos por un pájaro, que herido,
de su aliento mortal, será un quejido,
el batir de sus alas y aspavientos.


Un momento que se queda retenido,
una angustia vital, por estar vivo,
en un vuelo vertical, pobre y esquivo,
por marchito entre sus alas, se ha perdido.


Siento el alma, tan vacía de sorpresas,
que mi anhelo se disipa en la esperanza,
pues su huella ( polvo y sangre), es la semblanza 
que a mi ánimo y mi razón, mantienen presas.


Siento el ánima vagar por las orillas
de un bohemio y renegado corazón,
navegando sobre un río de ilusión,
que se aleja, recorriendo varias millas.


La aventura de vivir es navegar,
recorrer el ancho mar, llegar a puerto,
que la mar, será por fin ese desierto,
sobre el cual, conseguirás por fin volar.

Escrito en Noviembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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