miércoles, 24 de agosto de 2022

Cuando un amor se va.

Bajo su fino pie, la huella indemne, el paso 
sucedido y una mirada perdida en la lejanía.
El tren de la vida se ha detenido y no hay
regreso posible.


Un hilo de nostalgia se alarga hacia 
el infinito, el alma seca… sin lágrimas.
Tan sólo un vacío enorme, que va creciendo,
como crece la angustia que callamos,
para no compadecernos, ni que nos compadezcan.


Una breve reseña, un recuerdo que se pierde
en la chimenea, donde quemamos las horas
frías e inertes del Invierno.
Las flores deberán esperar otra primavera,
para brotar de nuevo en mi vida.


Escrito en Agosto 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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