martes, 2 de agosto de 2022

La lluvia cae sobre los tejados del alma.

La lluvia resbala sobre los tejados,
como lágrimas de unos ojos que todo lo ven
desde el balcón del cielo.
El alma se desnuda y muestra su lado 
más sensible, cuando su vestido más lucido 
cae al suelo y se moja, mezclándose
con el barro más humilde, que la tierra ofrece.


Sin atavíos, sin temor a las tormentas,
todo un cielo para beber la lluvia,
para limpiar el suelo y hacer espejos 
de agua pura, donde empapar 
nuestras emociones.
Llueven bendiciones y los árboles 
parecen  extender sus ramas 
en brazos interminables, arañando al cielo,
esa piedad que se derrama en agua de lluvia.


Hoy he derramado una lágrima, tal vez 
por ese mimetismo que  guardo
entre la lluvia y el caudal de mis emociones.


Escrito en Agosto 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






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