El silencio desmembrado sobre una mesa
de ausencias.
Sobre los restos del último naufragio.
Sobre el verde clorofilado de la tierra.
Allá, en un infinito cercano e imprevisto.
Abierto hacia todos los horizontes posibles.
Abierto hacia la inmensidad de la absoluta
precariedad del sonido.
Cerrado frente a la entrada de una puerta,
sin bisagras, ni postigos.
Sobre los herrajes oxidados del tiempo.
Devoto silencio en el recogimiento del alma,
que tañe las campanas de una fe muda.
Silencio aplacado en las últimas voces
o suspiros cercados en el interior
de una boca, que mastica la vida,
tan pasajera como inexacta,
oculta entre todos los relojes detenidos.
Escrito en Agosto 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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