lunes, 27 de marzo de 2017

A dos calles de aquí

A dos calles de aquí, se detienen 
las miradas y se busca sin resultado,
un ápice de felicidad, entre los cubos vacíos.

Las ratas tienen el pelaje de un gris tristeza y la miseria es un huésped común en muchas casas.

A dos calles de aquí, las voces son frecuentes, cuando las bocas no pueden 
llenarse de otra cosa.

Los pájaros caen vencidos por 
el aturdimiento y no levantan el vuelo.
Sólo arde un deseo deshojado 
en las hogueras de algunos bidones
de hojalata y el frío se cala entre los huesos, así como las ansias de libertad 
escapa entre los barrotes.

A dos calles de aquí, hay una calle sin salida y las ventanas se cubren 
con cartones.
Si hoy se come, se celebra.
Si no, habrá que esperar la suerte
de un nuevo día.

Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".

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