viernes, 17 de marzo de 2017

El horror de una violación

El sexo mal dirigido y expresado.
Espada de ignominia desde una vertical
de egoísmo e inconsciencia,
hacia la hendidura fértil, que cierra 
el cuerpo ante el abuso y la boca 
se llena de lamentos.

La muerte, no sólo es física, el alma 
agoniza en la pena y algo se rompe 
en el interior, algo que no se puede reparar.

Las cicatrices en el alma, no se curan
con el tiempo y en la memoria 
siguen ardiendo los ojos, entre la ira 
y la desesperación.

Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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