jueves, 23 de marzo de 2017

No es justo

Aprieta la garganta con la severidad 
de un nudo cerrado en un puño,
de miserias escondidas.

Ojos de cristal opaco, donde 
la clarividencia de luz nos es negada.
Sintonía que enmudece el dulce 
sonido de la flauta, besada por los labios.

Esos labios, desgarrados en el lamento,
con los ojos volátiles, pidiendo clemencia 
al cielo.

Nadie puede poner ventanas al cielo,
pero el clamor se pierde en las laderas,
cuando las montañas son testigos mudos 
y ni siquiera el eco es capaz de devolver
las voces pronunciadas.

Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".



No hay comentarios:

Publicar un comentario