viernes, 17 de marzo de 2017

Mis ojos fijos en las tormentas

En mis pulmones el aire está mezclado
con la impaciencia del humo 
de un cigarrillo y atravesado con
una espina acerada.

Durante las últimas tormentas, los caballos arrastraron las nubes
con ojos enfurecidos y se quebraron 
las aguas del mar, en los naufragios 
descuidados por la falta de visión 
hacia un horizonte, que amenazaba
galerna.

El tiempo de la inmortalidad pasó
frente a las ventanas rotas y nadie 
cambió los cristales apedreados.

El viento siempre avisa con su silbido loco, antes de producirse 
las tormentas inevitables.

Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".

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