sábado, 18 de marzo de 2017

Diálogos

El cristal del vaso suda frías gotas,
el instante es deshacer el hielo
en un océano de licor o refresco, mientras las conversaciones se enhebran
en un hilo largo de cordialidad.

Es la boca la que recrea todo el sabor,
como el gusto por desleír las palabras
de sus envolturas y deshacerlas
lentamente antes de ser pronunciadas.  

La suavidad y firmeza es el impulso,
que el motor del pensamiento 
imprime en la inercia de una clara
conversación.

Los oradores tan sólo se escuchan
así mismos, en el tedio de intentar
proyectar sus ideas, en todos
los oídos.

El universo o logos se duplica
en una reciprocidad, cuando al hablar
se escucha y así los sonidos 
penetran en nosotros en suaves cadencias.


Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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