viernes, 17 de marzo de 2017

El día, amante de la noche

Un rojo atardecer, un labio herido,
una línea de sangre decidida,
la luz se va perdiendo y escondida
goza del breve instante recibido.

Azul se torna en gris, cayendo el cielo,
ante un guiño de estrellas seducidas,
mortal la luz, que acaso se suicida,
prendida de otro afán, en sus anhelos.

La luz, que enamorada, no se nombra,
porque en la noche encuentra su morada,
así, entre las penumbras, extasiada,
disfruta de sus besos, entre sombras.

Amantes día y noche, entre dos luces
su pugna en el amor, así deciden
medir su claro impulso, en el que inciden
saber si es seducido o si seduce.

Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".

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