jueves, 6 de julio de 2017

El río arrastra penas en sus rumores

Se suelta en las calles una cuerda,
para sujetar los ramos de rosas
que brotan del pecho, durante
 un disparo o un disparate.

Agachados sin hacer ruido y ser sorprendidos y prendidos por las uñas,
para arañar las paredes mudas del silencio.

No se escucha el llanto en el rumor
de las voces y el río arrastra 
las penas insepultas y declaradas 
estériles, hacia una atención dormida.

El color del viento emula un susurro 
al oído y las hojas crujen, como si de huesos se tratarán, o tal vez ocurre
que algo se rompió en el alma 
generosa de la naturaleza.

Vidrios de ríos, estallan
en gotas de agua, sobre las rocas 
y dejan  un musgo de constancia,
para que no se pierda el frescor,
en un recuerdo sin paredes, ni tapias 
que lo sujeten.

Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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