todas nuestras nostalgias
y las lágrimas perdidas
en los pasillos vacíos de la esperanza.
Se compran y venden ilusiones,
envueltas en un celofán, que ocultan
la realidad que tratamos de esconder.
El sótano es un albergue de demonios,
que habitan en nuestra mente
y se refugian en nuestro entrecejo,
allí donde moran nuestras fijaciones
en las más profundas miradas.
Estoy solo ante la locura
que me ha sido impuesta y sé
cómo resolver todos los enigmas,
nadie sabe lo que yo sé,
porque hace mucho tiempo que
ignorando sus ingrávidos cuerpos,
maté todo germen de inteligencia
que albergaban,
para no tener que eliminarlos,
para no cometer un crimen
y poder destruir lo que en verdad,
podría hacernos un daño irreparable.
Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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