viernes, 21 de julio de 2017

Los rumores

La inercia de las palabras hacen
que se vaya perdiendo la saliva.
Desciende como cascada imprecisa 
por el ámbito de una boca,
desprovista de besos aéreos 
y palomas fugaces.

En ciernes, un vuelo perdido 
en la inmensidad, donde reinan
las rocas extraviadas, durante el último 
cataclismo.

Todo es susceptible de ser creado
o ser destruido, conforme al rumbo
que tomen nuestras palabras.
No es lo mismo sugerir, que decretar
y lo que podemos intuir, no debemos juzgar.

No podemos cambiar la calificación 
de nada, sin ver el bien o perjuicio 
que pueda ocasionar.

Los rumores pueden crecer, 
como bolas de nieve y una vez 
que se sueltan, pueden provocar 
un alud de incalculable poder destructivo.

Saldrá de nuevo el sol, pero la nieve
no tendrá ya, la misma consistencia.

Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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