domingo, 23 de julio de 2017

La huella del tiempo vivido

Quise observar el paso del tiempo,
pero me encontré frente a un espejo,
buscando mis perdidas imágenes 
de juventud.
¡Tantas veces morir y renacer de nuevo!.

El ámbar permanece intacto,
fósil en el tiempo, pero carente del gozo,
encerrado en sí mismo.

La vejez produce las arrugas, que
como una piedra lanzada en el agua,
produce olas concéntricas.
Así en la edad, las huellas quedan,
como constancia de haber sentido
el paso de la vida.

Somos agua, fugaz e inquieta
en la juventud.
Agua quieta, tranquila y sosegada 
en el limo que las experiencias de la vida,
dejan en el fondo,

Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"


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