martes, 21 de noviembre de 2017

Con dignidad y sin soberbia 

Jamás me inclinaré, porque mi dignidad
es pareja a la de cualquier hombre.
Amar sin apegos, es una difícil tarea
y sin quererlo, nos implicamos
en la vida de otros.

Duermo en la vigilia, para que nadie
pueda sorprenderme.
No me preguntéis porqué, las preguntas
huyen de mi, furtivas e ilegales,
para lo que quedan, ocultas y sin respuestas.

Tengo el pretexto perfecto para aislarme
de vuestras vidas, pero el corazón
domina una parte importante de mi vida.

No quedan vacantes en las habitaciones
del cielo y deambulamos sin saber
a dónde conduce nuestro camino
y en qué lugar nos detendremos.
Escrito en Noviembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

I.S.B.N : 978 – 84 – 17279 – 06 – 6

Depósito Legal: BI – 1323 -2018


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