miércoles, 16 de octubre de 2019

El juicio erróneo.

Lo que no se enmienda desde su arquitectura,
si se tuerce por el peso de su vicio,
será flaco e importuno su servicio
y muy pronto quebrará por su estructura.

Se fragmenta y sólo falta la ocasión
en que el peso le doblegue, y por vencido,
quebrará lo que antes vimos tan torcido,
siendo causa de su angustia y perdición.

Eso mismo es lo que pasa en la razón,
si se tuerce en un criterio equivocado,
y mantiene su tesón, empecinado
por seguir sobre su equivocación.

Crecerá su malestar, no se mitiga
y error en la razón es su veneno,
si le damos el poder, creyendo bueno
permitiendo en su afán, que nos persiga.

Así pues, toda razón tiene su peso,
que  aún por falto,  sentiremos excesivo,
porque siempre encontraremos un motivo,
tiempo habrá para el agravio o para el beso.

Lo que fluye sin razón, jamás nos crece
y es  muy débil su caudal, pues no prospera
y defrauda a todas luces, si se espera
que nos pueda convencer cuanto acontece.

Escrito en Octubre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".





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