martes, 1 de octubre de 2019

En el pentagrama de la vida

Sólo cuando cesamos el paso, observamos
la inercia que traza esa línea inquieta,
dejando su rastro en nuestro camino.
La dinámica es el motor que el tiempo
utiliza para separar cada espacio vivido
en la edad correspondiente a cada vivencia.

Se contemplan distintos ritmos
a lo largo de nuestra existencia
y es como una partitura, en la que escribimos
la música de cada uno de nuestros sucesos.

La juventud es un tiempo lleno de corcheas,
un breve silencio y un allegro álgido y vivaz,
bello e inquieto, violín que trepa
en vivaces raptos de armonía,
fugaz acaso e imperativo,
marcando una sentencia en cada acorde.

La madurez, más lenta y atemperada,
rica en matices, con lánguidas notas
en profunda melancolía.
Piano otoñal de hojas amarillas
y ocres recuerdos que perdieron su frescura
y se fueron secando al marchitarse
la juventud, reposando la madurez
en cada grano de uva al sol o en el cultivo
de añejas experiencias.

Se alarga la nota sobre las cuerdas
de un violonchelo y concluye
la melodía de la vida, en un invernal
fin de acto, que espera un sincero aplauso
para renacer en otra sinfonía.

Escrito en Octubre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".



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