de la aurora.
Se esparcen semillas de luz, desde un girasol
espléndido y rotundo,
que gira en el firmamento .
El día viaja en un carro de fuego,
haciendo un circular recorrido, errante,
caminando en pos de un sueño,
que fué vencido por la noche, cuando mil ojos
observaban en silencio, cultivando
la calma emergente de un alma soñadora.
Y allí, en el silencio guardaba su inquietud
el día, en un sepulcro de fría madera,
antes paréntesis de luz en la cremación
de un tiempo, que añora un recuerdo dormido,
entre las hojas de un viejo libro.
El polvo oculta las historias que quedan
bajo su esférica constancia de limo,
que alberga esa sucesión inhabitable
de experiencias marchitas.
Hoy resulta difícil averiguar un sentimiento,
lejos del horizonte del presente
y detrás de una mirada gris y atemporal .
Hoy es el día perfecto
para comenzar de nuevo, borrando
etapas pasadas, con una escoba que arañe
todas las barreduras y las arrastre
hasta el rincón, donde nadie
volverá a buscar.
Escrito en Octubre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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