jueves, 5 de diciembre de 2019

Estatuas de sal.

Derrochamos la vida, al malgastarla,
sin saber de su valor, sólo viviendo,
ignorando lo que el tiempo, consumiendo
la arrebata sin aviso y sin nombrarla.

Pues la vida es un reloj con segundero
y su impulso no conoce la razón,
su latido es similar al corazón
y recorre con nosotros su sendero.

No contempla en el temor o en el fracaso,
ese instante, al querer recuperar
nuestro paso, cuando ya se ha echado a andar
apurando cada pulso en el retraso.

Que no es caso un retroceso en nuestra vida,
ni mirar hacia el pasado, con nostalgia,
la memoria nos recuerda esa mialgia
y se muestra en estatua convertida.

Porque el tiempo, para bien o para mal,
sólo mira al caminar, hacia adelante,
si miramos hacia atrás, un solo instante
nos veremos como estatuas por la sal.

Escrito en Diciembre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".

No hay comentarios:

Publicar un comentario