admitimos la mentira disfrazada,
antes de aceptar, por declarada
una verdad, aún desnuda.
En presunto moralismo
se mueve la hipocresía,
como pan de cada día
en un mero conformismo.
Las excusas ya no valen
en un mundo malogrado,
¡ Excusas al excusado!
¡Que vuelvan por donde salen!.
Que para colmo de males,
nos sobra la estupidez,
que con suma rapidez
va calando en los chavales.
Y luego en la adolescencia
se hace más desmesurada,
la vida, por complicada
produce su efervescencia.
Somos seres complicados,
cómplices de un desatino
y tal vez nuestro destino
se acabe pronto a bocados.
Escrito en Diciembre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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