miércoles, 4 de diciembre de 2019

Un recuerdo de luz en la soledad de la noche.

En la estancia de la luz, la noche duerme
en sus espejos de azogue y luna.
Se contempla el titilar de las estrellas
en las aguas quedas y tranquilas
de un lago sereno, mientras se interrumpe
el silencio entre  el croar de ranas,
rumores de agua y besos furtivos.

El sol se desmenuza en crisantemos rojos,
sobre las laderas de los montes
y ribetea los contornos del agua.
Tal vez, en ese dorado gesto,
hay un compromiso de amor callado
en labios que guardan el secreto oculto
de un beso en la penumbra.

En el párpado cerrado a la luz, se siente
el suspiro exhalado, brotando
de un pecho enamorado, y sus ojos fulgen
como luceros prendidos en un negro manto,
que luce un bordado de estrellas cautivas,
como estos ojos, que aman tu sinuosa figura
de arco de niebla y nácar, que engarzan
dos aguamarinas.

He soñado desde la bruma,
esta escena de luz, de penumbra
y besos,  con los párpados cerrados.
He buscado la luz entre la callada angustia
de la noche, con lágrimas consteladas
y un fulgor de estrellas que emularon
tu sonrisa.

Escrito en Diciembre 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".




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