martes, 20 de septiembre de 2022

En el crisol de los sueños.

La noche tiene  un firme pulso, que  se mueve 
con el titilar de las estrellas.
 Los párpados pesan en una negra profundidad  de abismo y se va cayendo 
lenta y vertiginosamente en un vacío 
sin forma, en el que  caben  todos 
nuestros temores y nuestros anhelos.


La imaginación vuela y lo incorpóreo
toma volumen y forma, en una dimensión 
que no conoce límite, ni frontera.
El cuerpo se relaja y se funde lentamente 
en el  crisol de los sueños.

Escrito en Septiembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






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