lunes, 19 de septiembre de 2022

Un paso más allá del horizonte.

Aún en las últimas luces, el corazón 
se mantiene  atento a la diáfana claridad,
que  como  ojos sorprendidos, esplenden
radiantes.


Disipando las brumas y abriendo un párpado 
en la certera y agudizada propuesta 
de alcanzar un nuevo horizonte, donde romper
una frontera más, que al cielo de la esperanza,
sin duda ha limitado.


Un paso más, un trasladarse sin pies
a las remotas tierras, donde los mares bañan
las pausas adormecidas de los amaneceres.


Desperezando el hálito contenido entre
los huesos.
Quilla, donde la carne se cubre 
de caricias marinas.
Allá, donde las voces lejanas  reverberan
en ecos oscuros de inminentes tempestades.


Donde la navegación es tan sólo un propósito 
de espumas, varadas en la orilla de tu playa.
Playa de arena y guijarros, 
de angostos parajes y promesas 
de verdes algas, que como cabellos extendidos, reclaman una blancura 
de sal e inmaculada sed, 
en la aventura postrera de toda travesía.


Escrito en Septiembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






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