sábado, 17 de septiembre de 2022

Se muere lentamente en cada verso.

Cada día amanece en la incertidumbre 
de saber cómo se irán sucediendo 
todos los segundos  cautivos en las horas.


Se ignora, si las moscas se reúnen 
para contarse secretos y hacer que esta vida
sea una mierda, para que puedan sobrevivir 
sólo los insectos.


Cada día despertamos con una mano vacía 
y unos ojos perdidos en la lejanía, 
un apóstrofe por sombrero y una larga 
letanía de mentiras, para adoctrinar 
a los crédulos estúpidos, que creen :
Que siempre tiene que haber alguien mejor,
más listo, más justo y más capaz,
para conducir la vida de los demás,
como se conducen a las bestias, 
camino del matadero.


Con la boca llena por el hastío, vomitamos
palabras que no podemos digerir y en el fondo 
de nuestra taza, quedan los versos amargos,
mezclados con algo de azúcar, para beber 
la vida, aún caliente y humeante.


Se muere lentamente en cada verso 
y el pensamiento es una alegoría fantástica 
de la razón, en un período de lucidez 
imprevisible.


Escrito en Septiembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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