domingo, 18 de septiembre de 2022

Hacia tus vertientes de agua, mujer.

Tu cintura es la línea de flotación 
que va emergiendo hasta  alcanzar
la cúspide del cielo.
Bajo tus cejas, dos astros refulgentes 
orbitan en la noche eterna de tus pupilas.


Tu voz es esa música infinita de agua,
del joven  arroyo que  canta enamorando 
al silencio, con esa promiscuidad 
de la caricia descuidada, que deja
un recuerdo de musgo sobre la piedra.


Amo el vertiginoso descenso de tu vientre 
hacia tus caderas y esa pronunciada curva,
que como río caudaloso recorre tu piel, 
hasta llegar hasta un pronunciado delta 
de alga viva y secretos manglares.


Escrito en Septiembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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