El orgullo es un gigante que maltrata
la primitiva candidez que tuvo el alma,
en su avidez,ni ni hay,ni existe calma,
de devorar todo a su paso,de eso trata.
Tal es la sed,en el orgullo innata,
que a pesar de anegarse,desespera,
y no por más beber se recupera,
porque es su propia sed la que destaca.
Si el orgullo te corroe,más valiera
que mirases a la tierra donde pisas,
que es un mal,que se extiende tan deprisa,
que se crece a cada paso en tu ceguera.
escrito por Zuhaitz en 1987
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