La amarillenta palidez de la tierra
destiñe un ámbito de ámbares y Luna.
Sobre la ceniza de los muertos
se espolvorea el pólen seco de las flores.
No sirven las imprecaciones,ni las plegarias,
el cielo gris adquiere calidad de mármol
y el frío penetra como agujas en los huesos.
Nadie sabe porqué se avientan las ideas,
y huyen dejando
los cráneos vacíos y desérticos.
Nadie sabe porqué nos rodean las miserias
y un fondo inerte,que sabe a mercurio
como la misma muerte.
escrito por Zuhaitz en 1987
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