Que la Aurora nos bese con su luz cada día,
más allà de las horas de todos los días,
más allá de todos nuestros días.
Desde siempre quise para nunca y nadie
la sinrazón de un último espejo roto,
la soledad no refleja la escasa luz,
enquista la imagen de un naufragio en las venas
o un cortocircuito en las neuronas.
Si después de darme tu amor,
me niegas su llama precisa,
y dejas que me consuma en cenizas,
sábete que de entre mis rescoldos
quedará una brasa encendida,
brillando oculta,
tan oculta,como mi incierta esperanza..
A los que se vanaglorian de ser "Hombres"
por el tamaño de su lujuria...
que no crean en su vana fortaleza,
murallas más grandes
cayeron al son de las trompetas.
Su altivez es una muralla construida de cenizas,
su grandeza la forman pequeños granos de sal
que componen su sólida efigie...
pero la sal se quebranta
con el impulso del agua.
escrito por Zuhaitz en 1985
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