Bajo tu falda
hay un millón de estrellas
y un rio muy grande
que quiero cruzar.
Entre sus pliegues,
la luz de las calles
parecen escasas
en la oscuridad.
Y mi cuerpo vaga...
¡A ver si se entera
del juego gracioso
de tu caminar.
Que coge el ritmo
desde tus caderas
y es como un velero
que surca la mar.
Y va creciendo la ola
y tú mientras, sola
querías hallar...
La luz que crece
de la madrugada,
desde su llegada
a la inmensidad.
De un día tan suave,
que nace y creciendo
va cantando y riendo
cada despertar.
Escrito en 1998 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz"
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