Sacudido los ojos del sueño
y abierta la ventana
al aire puro.
La luz entrando,
hoz de oro, que siega
gavillas de penumbra
y un bostezo detenido en la boca,
como un último aliento.
Los árboles muestran sus brotes tiernos
y yo, mi alegría,
que como sol primero
llena plenamente la casa.
Escrito en 1998 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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