Escribir sin ton ni son,
sólo por decidir
intentarse dirigir
a lomos de una canción.
Y dar vueltas y girar,
equivocarse de nuevo,
volver a escribir y luego
querer de nuevo intentar.
Completado así una estrofa,
siguiendo el ritmo y compás,
te dejas llevar y vas
componiendo alguna cosa.
Pensamiento y corazón
en el papel va quedando,
mientras ya vas recreando
un poema o una canción.
Escrito en 1998 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario