Un cuenco vacío,
apenas un silencio
o un rayo de luz
entre sombras.
Para llenar secuencias
o espacios, donde apenas
el alma llega a o irse,
a notarse.
El calor de una mano
planetaria y sideral.
Magma del pensamiento
nacido en el amor,
tan sólo una mano
para despertar amaneceres
y dormir abrazados
con cada crepúsculo.
Escrito en 1998 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz"
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