Para borrar el membrete
que anuncia todos los días
y sembrar nuevas flores al amanecer.
Olvidar los surcos terribles
del llanto y pintar la blanca espuma
de la sonrisa.
Tal vez, mejor dormir
y hallar una nueva forma
de despertar sin la estridencia
de un reloj despertador.
Escrito en 1998 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz"
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