de la emoción amorosa,
desde el color de la rosa
sin nuestro instinto animal.
Buscando por más razón
ganar desde la memoria,
todo honor y toda gloria,
exponiendo el corazón.
Atrás quedó nuestro instinto,
el amor gana terreno
y nos sentimos tan plenos,
que nos parece distinto...
Dejar la brutalidad
del animal que nos vence,
cuando el amor nos convence
y no es por frivolidad.
Amar, sentír, distinguir
del alma, toda razón,
si gobierna el corazón,
aprendemos a vivir.
Escrito en Febrero 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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