en la palma de tu mano
y una ofrenda de hojas secas.
Cuando arrecia fuerte el viento,
se descubren las piedras que hollaste
en tu camino y el rictus que en tu rostro
deja esa pérdida del cascabel
o brillo interno del faro guía
en la linterna del ánimo.
Escrito en Febrero 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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