miércoles, 1 de febrero de 2017

La espiga dorada de tu cuerpo

Adoro  en tu presencia luminosa,
un rayo de sol, en tu mirada,
ninfa del aire al fin, por deseada,
silueta en mi corazón, que siento hermosa.

Espiga dorada, tu cálida silueta,
para mi sed, tu fuente es la frescura
de brisas celestiales y ternura,
mis besos raudos son, como saetas.

Cruzando van el cielo, hasta tu boca
y en el deseo buscan tu placer,
tú eres mi más bello amanecer,
mis besos, su destino no equivocan.

Me pierdo entre las horas y al acecho
busco desde mi tacto, tu caricia,
amarte sin tiempo ya, es la delicia,
sintiendo tu suavidad en blando lecho.

Perdido entre los poros de tu piel,
cautivo, se queda un beso por crecer,
se posa entre tus muslos y el placer,
derrama sobre mi boca, dulce miel.

Beso tu cuerpo, el sexo sigue en flor,
abierto, como pétalos al viento,
recojo tu candor en un intento,
de dar desde mis labios sólo amor.

Libo desde tu cuerpo tu placer
y hallo de tu ternura, ese consuelo,
que eleva nuestras almas hasta el cielo,
en busca de otro bello amanecer.


Escrito en Enero 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".




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