prendida de tu mirada,
la claridad despuntada
en los rizos de tu pelo.
He visto felicidad
esbozada en tu sonrisa
y en tu voz de tenue brisa
vi también tu realidad.
Sólo soy un trovador
que capta esa melodía,
que crece desde aquel día
en que descubrí tu amor.
Cielos y mares abiertos,
hoy late mi corazón
desde la resurrección
de este cuerpo inerte y muerto.
Crece en mi pecho una flor,
que desde tu imagen brota,
para ascender en la cota
de la cima de tu amor.
Escrito en Febrero 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario