todos mis sueños y promesas de amor.
No fuí yo el viento que asoló
las calles que transitamos,
ni la lluvia de lágrimas que anegaron
los espacios marcados por nuestras huellas.
Fué tu inconsciencia y tu temor, unidos
a tu egoísmo y tus prejuicios.
Cayeron piedras sobre el estanque,
que antes llenamos de flores
y peces de colores.
El barro del fondo subió a la superficie
y si antes hubo un fondo claro, el amor
era el agua cristalina.
¡Cuánto tiempo tarda el barro
en descender, para volver a la claridad!.
Escrito en Febrero 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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