jueves, 27 de abril de 2017

El rastro que dejamos en el camino

Me delata la sonrisa y el ánimo.
Suelo jugar a una carta y apostar fuerte, cuando la fe me asiste y la fortaleza
se funde en mis pies y no permite 
dar un paso atrás, ante una difícil 
decisión.

Me delata una sombra de tristeza 
que acude a mis ojos, cuando hay razones poderosas, para sumergir
algunos sueños en el olvido 
y descartar una ilusión, para buscar
nuevas alternativas.

Los ojos del destino se enturbian ante
la perspectiva que tuvimos ante la vida
y se van vaciando los cuencos 
que fuimos llenando durante la infancia,
con semillas de amor y de esperanza 

Escrito en Abril 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".

No hay comentarios:

Publicar un comentario