sábado, 15 de abril de 2017

Un incordiarte mosquito

Minúsculo insecto, ávido
de probar mi sangre roja,
malo será que me escoja,
no puedo quedarme impávido.

Si lo espanto, me lo quito,
podré al fin dormir tranquilo,
mi sueño, ya pesa más de un kilo 
por el malvado mosquito,

Ignorando su intención,
me relajo y al dormir,
vuelvo muy pronto a oír
como el ruido de un avión.

Zumbando entre mis orejas,
provoca en mí una inquietud,
clara es su similitud 
a un avión y no me deja.

Con una buena escobilla
pretendo al fin darle muerte,
es tanta mi mala suerte,
que he volcado la mesilla.

En la mesilla, posada
tengo una lámpara, al vuelo
trato de coger y al suelo 
ha caído destrozada.

¡ Vaya noche entretenida!
No sólo estuve despierto,
sino que he acabado "muerto"
y me ganó la partida.

Escrito en Abril 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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