jueves, 1 de marzo de 2018

Demasiado alto para mantener su altura

He rozado con mis alas el crepúsculo 

de tus ojos soñadores, escuchando la música 

que imagino para tu movimiento , al andar,

oscilando con gracia tus caderas.


Busco la armonía en mi alma, para que

la emoción al contemplarte, no desborde

mi mirada en álgidas cascadas de lágrimas,

surcando mi rostro.


La emoción es un río de frescura divina,

mas, en el fondo las piedras poseen 

cantos abruptos, que hieren los pies 

de quienes caminan con los ojos 

mirando al cielo, maravillados y olvidan

dónde están pisando.


Me he incendiado en la pasión y te adoré,

ignorando que el oro que puse en tu frente 

y mi memoria, era de peso excesivo,

para tus mermadas fuerzas.


Te elevé al grado de diosa, pero no sé

si fué la gloria o la falta de oxígeno,

pero bajaste en picado, desde tu altar

al más profundo de los infiernos.


Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario